El Arte de la
Terapia familiar y constelaciones-transgeneracional

La terapia sistémica centra su foco en la importancia e influencia que tienen las relaciones sociales (familiares, laborales, etc) en la vida de las personas. Pertenecemos a diferentes grupos, y esto nos condiciona a diario.

 

La dinámica de interacción entre los miembros de los grupos a los que pertenecemos, nos afecta. Pero es que, además, por el hecho de pertenecer a un grupo, se espera de nosotros que actuemos en coherencia con los roles y comportamientos, determinados por las reglas particulares de dicho grupo.  

 

Desde esta perspectiva, la identificación de la dinámica de las relaciones dentro de un sistema es fundamental. Su comprensión permite al terapeuta tomar la dirección de cambio de los patrones disfuncionales relacionales, hacia una solución que lleve al sistema a un equilibrio más saludable. Además, también le permitirá comprender mejor la conducta individual, ya que la manera de ser y comportarse de la persona está directamente relacionada con la interacción y aprendizaje dentro de esos grupos o sistemas a los que pertenece.

 

Asimismo, la terapia sistémica analiza las reglas de cada sistema en particular y las posibles distorsiones dentro de la jerarquía y los límites entre los subsistemas del grupo, así como la dinámica y límites con el exterior (con otros sistemas). Según esta teoría, los límites han de ser claros y permeables, favoreciendo la autonomía de sus miembros y espacios individuales, a la par que permitiendo el intercambio y la relación. Los problemas vienen, o bien cuando los límites son muy rígidos, o bien cuando están muy difusos.

 

Añadir la visión circular que tiene la perspectiva sistémica sobre los problemas, en el sentido que explicó en su día Paúl Watzlawik, cuando hablaba de que la conducta o acción de un miembro del grupo influencia a otro y viceversa.